Sancho de Londoño
Hijo ilustre de la villa de Hormilla, nació hacia 1535 en el seno de una antigua y renombrada familia de la región. Siendo muy joven se alistó al servicio de las armas, se distinguió en Italia, tanto en las empresas bélicas como en los negocios diplomáticos, mereciendo ser nombrado maestre del célebre Tercio de Lombardía. Posteriormente se hizo célebre en las campañas de Flandes a las órdenes del duque de Alba. Por encargo de éste, Londoño estudió y elaboró unas reglas para el ejército. Este pionero estudio sobre la materia se publicó en Bruselas en 1589, en un libro titulado “Discurso sobre la forma de reducir la disciplina militar al mejor y antiguo estado”.
En esta obra no sólo se señalan los defectos de la milicia de la época, además propone como corregirlos. Por la mucha y excelente doctrina que contienen sus reducidas páginas, puede considerarse como compendio o breviario del arte militar de la época. En ella se hallan consignadas las obligaciones de los diferentes grados de la jerarquía castrense (constituyendo un importante precedente de nuestras actuales ordenanzas) y se discurre, además con sumo acierto, sobre organización, táctica militar, logística, castrametación, fortificación de campaña, justicia y moral militar,...Su obra es modelo de sencillez, concisión y claridad, por lo que puede considerarse como un clásico dentro de su género. El éxito fue tan grande que en seis años se hicieron tres ediciones en Bruselas y Madrid. Asimismo escribió otros dos libros sobre la materia titulados “Arte Militar” y “Comentario hecho por el ilustre caballero Don Sancho de Londoño”. Aunque su obra se basa en su propia experiencia bélica, se reconoce en ella el influjo de Onosandro y de otros autores militares grecolatinos, así como de las doctrinas contenidas en la Partida II de nuestro Rey Sabio.
Falleció en 1569, siendo gobernador en Maastricht (en el Limburgo)
Cabo Suceso Terrero López
Nació en Hormilla, en abril de 1896. Su padre era por entonces secretario del Ayuntamiento de Hormilla. La firma de su padre está estampada en la documentación de la época y en los actos municipales posteriores al Juicio de la Torre.
Suceso Terrero se enroló en la legión Española en los años de su fundación. Llegó a disfrutar de permisos en Hormilla. Los más ancianos, entonces niños, lo recuerdan paseando con orgullo su uniforme por las calles de su pueblo, y como en ocasiones jugaban con la borla de su gorro legionario.
En septiembre de 1921, la posición del blocao de Dar Hamed, instalado en la falda del Gurugú y al que los legionarios llaman “El Malo”, estaba construida a base de sacos de tierra y cubierta con tablas de madera y con una alambrada alrededor. El enemigo estaba atrincherado en grandes contingentes, en Nador y en las lomas que lo dominaban. El día 14 de septiembre, el blocao “El Malo” queda guarnecido por tropas del Batallón Disciplinario, que relevan a los Legionarios que se reintegran a las Unidades Operativas. El día 15 de septiembre el blocao es atacado duramente, quedando su defensa muy debilitada. Al ver que el blocao “El Malo” está a punto de caer en poder enemigo, el Teniente Agulla, que guarnecía junto a sus legionarios la Segunda Caseta llamada el Atalayón, solicita permiso para socorrer Dar Hamed, permiso que le es denegado puesto que sus hombres son necesarios en la defensa del Atalayón.
Se solicitan voluntarios que vayan a reforzar durante la noche “El Malo”. El oficial nombra al Cabo Suceso Terrero López para que, junto con 14 Legionarios, vayan a socorrer al blocao “El Malo” y allí resistan hasta que lleguen las fuerzas expedicionarias a sabiendas que lucharán contra un enemigo muy superior en número. Todos son conocedores de las pocas probabilidades que tienen en esta lucha desigual de volver con vida. El Cabo Suceso y sus 14 legionarios emprenden la marcha, rompen el cerco enemigo y entran a socorrer el blocao. Hacia la media noche los enemigos acercan una pieza de artillería a 50 metros del blocao y la disparan. Los moros entran en “El Malo” y luchan con los heridos, matando a todos y tomando finalmente la posición, pero en ese momento llegan las fuerzas expedicionarias.
Por esta gesta, el Cabo Suceso Terrero López es considerado un héroe dentro de La Legión Española.
Cada año en su honor se celebra en Hormilla un solemne acto castrense programado por La Hermandad de Antiguos Caballeros Legionarios. Esta reunión que celebramos desde 1988 en nuestra localidad, cuenta con la presencia de autoridades militares y civiles, ofrenda de coronas y Acto de Honor a los Muertos, además de una comida de hermandad.
Abogados: Ignacio Alonso y Antonio Martínez
Desde mediados del siglo XV, se crea en Hormilla un Mayorazgo bajo el apellido de los Londoño. En Hormilla, sus titulares disponían de Heredades, que alquilaban a sus habitantes bajo un concepto de renta perpetua. La transmisión oral de Hormilla recoge a un personaje llamado “el señorito de la Torre”, el cual se llama José Ignacio Arrieta Mascarua, quien ha de ser el que provoca el largo juicio. Este hombre titular del Mayorazgo de Londoño fue probablemente un emigrante a las Américas, dónde se casó y tuvo descendencia.
Vuelve a Hormilla y en los lugares de propiedad del Mayorazgo Londoño, efectúa tomas de posesión pintorescas que son recogidas en la crónica del Pleito de La Torre. Muere sobre 1820 y son sus descendientes quienes protagonizan con el Alcalde Bruno Barasán y los demás vecinos de Hormilla el famoso juicio, conocido por todos nosotros gracias a la transmisión oral.
El Mayorazgo se había convertido en un contrato de arrendamiento que la familia Londoño quería prorrogar a lo largo del tiempo, no así los vecinos de Hormilla, los cuales no veían ningún tipo de interés por parte de los descendientes de Londoño, distinto al de cobrar las rentas pues “los amos” no habían realizado a lo largo de los siglos ninguna acción típica de propietario. Cuentan los más ancianos del pueblo que sus mayores comentaban que “el señorito de la Torre” sólo iba al pueblo a cobrarles la renta y a ejercer el derecho de pernada que decía tener.
La sentencia de 1867 seguiría otorgando a los Mascarua la propiedad del Mayorazgo en Hormilla. Los vecinos de Hormilla se niegan pertinazmente a pagar las rentas y entre todos, cada uno aportando lo que buenamente puede, costean el procedimiento judicial que llevarían a cabo el famoso abogado D. Ignacio Alonso natural de Santo Domingo de La Calzada y el procurador D. Antonio Martínez Acosta, consiguiendo la sentencia de Burgos a favor de los vecinos de Hormilla en 1890.
Fue tal el alborozo y la alegría de la población que cuando tras el triunfo se recibió a estos juristas, los mozos de Hormilla, desengancharon los caballos que tiraban de la carreta, en la que venía D. Ignacio y D. Antonio, y la subieron a hombros, junto a sus pasajeros, desde el empalme de la carretera de Santo Domingo hasta la Plaza Mayor del pueblo. Siguieron muchos días de fiesta y aún hoy, se recuerdan aquellas fechas jubilosas. En el pueblo de Hormilla, estos dos magníficos juristas, tienen sendas calles dedicadas.
“Los jueces de 1890, pues, con divisiones de razonamientos jurídicos tremendamente progresistas terminaron por derribar los muros que ya seriamente habían dañado los tercios de razonamientos jurídicos de los Jueces de 1519.
Los beneficiarios de esta guerra judicial han sido los vecinos de Hormilla. Los Jueces que no hacen la Historia, al resolver las historias, a veces, se convierten en vanguardia de los tiempos; signifique lo que signifique esta expresión”(Alfredo Fernández Benito-Jurídico Militar y Juez Togado Militar. Pamplona 1990)
José Fernández Rojas
Guitarrista, profesor y compositor nació en Hormilla, en el año de 1933.
A comienzos del siglo XX, era muy notoria la afición musical existente en Hormilla. A cargo de habitantes del pueblo, se constituyó una banda de música, que se fundó en 1916. Tocaban jotas, paso dobles, polkas, fragmentos de zarzuela... Actuaban en las procesiones y en las fiestas del pueblo donde interpretaban la marcha real e incluso el sitio de Zaragoza. El ensayo de las piezas lo hacían por las noches después de venir del campo. Hay que destacar su puntualidad y su disciplina en los ensayos. Sus directores fueron Francisco López Martínez y Melitón Soto Roma.
José Fernández Rojas, heredero de esta cultura musical, ya que su padre y su abuelo eran músicos, inicia sus estudios de solfeo y clarinete con el director de la banda de música de su pueblo natal, Hormilla. Con ocho años amplía sus estudios en Logroño. A los 9 años ya formaba parte de un grupo musical junto a algunos miembros de su familia. Este grupo recorría una y otra vez las plazas y las fiestas de pueblos y ciudades riojanas y de otras provincias.
Su espíritu y su capacidad de asombro se inclinaron en el estudio profundo del folklore riojano. Así, tras cuarenta años, ha recopilado con exactitud 522 manifestaciones populares de la más dispar e insólita hechura.
Adquirió la titulación oficial de Catedrático de Guitarra en el Conservatorio “Pablo Sarasate” de Pamplona. En la actualidad trabaja en el máximo organismo musical de La Rioja, como profesor de guitarra, bajo un bien ganado prestigio y eficacia en su labor docente. Recoge como autor en su palmarés profesional, “ diez canciones para coro mixto sobre temas riojanos” y varias obras creadas para ser interpretadas con guitarra entre las que destacan “Preludios Españoles” y una deliciosa sinfonía para orquesta de viento.
Fue el fundador y director de la Orquesta de Cámara de “ La Sociedad Artística Riojana” y también de su agrupación de pulso y púa.
En la actualidad dirige la Asociación Musical GRUPO MOZART que es cofundadora de la Federación Española de Guitarra e Instrumentos de Plectro (FEGIP) y que ha paseado su música por Alemania, Francia, Italia, Japón y España. También ha participado en actos muy importantes en nuestra tierra, entre otros el “Homenaje a la Lengua” en el Monasterio de San Millán de la Cogolla, con la presencia de SS.MM. Los Reyes Don Juan Carlos y Doña Sofía.
Algunas de sus más de cien obras compuestas son las siguientes: “Sinfonía número uno” , “Camino de Santiago a su paso por La Rioja” (para orquestas, coros y declamor), “Castillos de La Rioja” (para trompeta y piano), “Quinteto de Viento”, “Leyendas” (para banda sinfónica –inédita-), “Fantasía”(para saxofón y orquesta).
Luis María Lumbreras
Nació en Hormilla en Enero de 1947. Su niñez la vivió en Hormilla, entre corrales, graneros, la fuente con su pilón, las calles embarradas, el frontón, la siega montando en el trillo,... Su adolescencia la vivió en Logroño, donde estudió en la Escuelas Pías. Posteriormente se trasladó a Bilbao para estudiar Ciencias Económicas. Una vez terminada la licenciatura (curso 1970-71), centró su carrera profesional en el mundo de la enseñanza. Fue profesor de la Facultad de Ciencias Económicas en la Universidad del País Vasco. Es en 1979 cuando defiende su tesis doctoral con el resultado de “Sobresaliente Cum Laude”, y en 1982 gana una Cátedra de Economía. Sus trabajos han ido orientados al mundo académico, libros de texto, apuntes de clase, artículos científicos sobre macroeconomía,...Fue rector en funciones de la Universidad del País Vasco en 1986. Los siguientes cuatro años Vicerrector de Asuntos Económicos y de Ordenación Académica. Fue nombrado por el Gobierno de La Rioja para llevar a cabo la Coordinación, Asesoría y Elaboración de la Memoria de Creación de la Universidad Pública de La Rioja. Labor que no pudo completar debido a su temprano fallecimiento.
Julián Lujo Fernández
Nació en Hormilla el 6 de septiembre de 1954.
Hormilla se caracterizaba por su escasez de aguas. Como “un sequero lugar” lo cita el legendario poema de Fernán González. No es así ahora. Julián realizó en su día un estudio sobre las necesidades hídricas de los cultivos de Hormilla. Tras un detallado estudio, este hábil ingeniero proyectó un embalse y un sistema de riego que mejoraría con mucho la forma de riego que hasta entonces teníamos, metros y metros de tubos, y el agua era impulsada a través de una bomba conectada al tractor, con el gasto en gasoil que eso suponía a cada agricultor. Ahora, disponemos de un embalse de 140.000 m3 (lo que nos permite tener agua embalsada para el riego de 10 días), las tuberías están enterradas y el agua es bombeada a través de seis grupos de electrobombas verticales que funcionan aprovechando las horas valle en el consumo eléctrico, reduciendo considerablemente el coste de riego por hectárea y año.
Actualmente Hormilla dispone de más y mejores tierras de regadío gracias a este trabajo de Julián Lujo Fernández y al respaldo que ha tenido por parte de los vecinos del pueblo. Este trabajo que ha sido pionero en la zona ha sido posteriormente llevado a cabo por otros municipios.
